Por tercera vez en este curso escolar, los alumnos de quinto de Primaria han puesto las manos en la tierra para plantar una nueva cosecha. En esta ocasión, ha sido para plantar tomates de pera, pimientos y lechugas babys.
Pero eso no es todo, además de trabajar duro en el huerto escolar, cada uno de los alumnos se ha llevado a casa dos plantas de estas variedades con el objetivo de continuar el trabajo como agricultores en sus propios hogares. Esta integración entre la educación escolar y el entorno doméstico busca fomentar el amor por la naturaleza y la responsabilidad ambiental desde una edad temprana.
¿Y qué hay de esos sombreros y gorras que llevan puestos en las fotos? Bueno, resulta que no solo están de moda, sino que también son una protección muy importante contra los efectos dañinos del sol. Así se sienten como auténticos agricultores con estos accesorios que ayudaron a mantenernos frescos mientras trabajamos bajo el cálido sol.
Con esta tercera plantación, el huerto escolar no solo se consolida como un espacio educativo fundamental en el colegio, sino también como un símbolo del compromiso de la comunidad educativa con la sostenibilidad y el respeto por la naturaleza. Sin duda, los pequeños agricultores de quinto de Primaria continúan dejando una huella verde en su camino hacia un futuro más saludable y sostenible.
Así que, les invitamos a seguir nuestro viaje en el huerto escolar. Estamos ansiosos por compartir más aventuras y logros con ustedes en las próximas semanas. Adjuntamos el enlace a la galería fotográfica de la jornada. ¡Hasta pronto!
